La transición hacia un modelo energético sostenible requiere de una serie de cambios regulatorios que promuevan y faciliten la inversión y desarrollo de energías renovables. Estos cambios incluyen incentivos y subsidios, un marco regulatorio claro y estable, acceso a la red eléctrica, facilitación de la comercialización de energía, normativas de eficiencia energética, estándares y certificaciones, e investigación y desarrollo.

En base a lo anterior, encontramos en primera instancia los incentivos y subsidios que son esenciales para la implementación de políticas fiscales, subsidios directos para las diferentes instalaciones renovables y programas de compra de energía a precios preferenciales; logrando así, reducir el costo inicial de las inversiones y promover un desarrollo más rápido y eficiente del sector; así lo menciona Laura Ruiz, ingeniera electricista de Westing Electric.

En cuento al marco regulatorio, Ruiz establece que este debe ser claro y estable, como la Ley 99 de 1993 en la que establece las bases para la gestión del medio ambiente incluyendo procedimientos de permisos en licencias, autorizaciones, estándares y certificaciones necesarias para la construcción y operación de instalaciones renovales. Además, las certificaciones de los productos y equipos, así como el cumplimento de las normativas garantiza la confianza del consumidor y la eficiencia de las mismas.

Por otro lado, es necesario garantizar que las instalaciones de energía renovable tengan acceso justo y no discriminatorio. Además, es necesario establecer procedimientos claros y eficientes para la conexión de nuevas instalaciones a la red, asegurando que puedan operar y suministrar energía de manera continua y segura.  Con esto, facilitar la comercialización de energía renovable, incluyendo la simplificación de los contratos de compra de energías (PPAs) y el acceso a mercados energéticos competitivos, es clave para promover la adopción de energías limpias.

Ahora bien, todo esto es importante, debido a que día a día el crecimiento de la demanda de energía eléctrica es mayor y en el período 2023 a 2027 se estima que, el 4,09% en la región Caribe (2.197 GWh-mes), 1,40% en la región Oriente (1.603 GWh-mes), 1,30% en la región Suroccidente (1.436 GWh-mes), 2,12% en la región de Antioquia (1.025 GWh-mes), 2,86% en la región Nordeste (849 GWh-mes), lo que significa un crecimiento continuo de la demanda de energía eléctrica lo que destaca la necesidad de un enfoque sostenible y planificado en la gestión de recursos energéticos.

En resumen, la implementación de un marco regulatorio favorable, el apoyo financiero adecuado y un compromiso continuo con la innovación y sostenibilidad son esenciales para que Colombia logre una transición exitosa hacia un futuro energético más limpio y resiliente.